Hay gente buena en todas
partes del mundo, pero, llegar a ser un país conformado por personas de tal
calibre como los de Corea del sur, principios tan arraigados, como el trabajo,
la disciplina, la educación y el servicio, un legado de fabricantes de ideas que se han arriesgado y sacrificado por las generaciones venideras. Es algo que para nosotros los
mexicanos a veces suena inverosímil, a pesar de que nosotros también tenemos en
nuestro interior la fuerza para lograr cosas tan grandes como lo ha hecho este
país asiático.
A veces pienso que sería necesario tal destrucción en nuestro
país para reestructurarnos, para que no haya tal mafia en el gobierno que hace
chiquito el gigante de país, que podemos llegar a tener, hace falta poner como
principal prioridad a la educación, en lo personal creo que esta es la raíz de
todo lo bueno o malo que puede pasar en nuestro país, dejar de estar con un
sistema tan obsoleto y cambiarlo por uno mucho más competitivo, que los
maestros les apasione más enseñarle a sus alumnos valores y conocimientos
prácticos para hacer algo por su país, y que no se les olvide ser congruentes.
Perdón por extenderme tanto pero en corea tenemos un gran ejemplo de educación
en la familia y en las escuelas, eso los hace grandes a pesar de todos los
infortunios que han tenido en su historia.
Podría hablar acerca de mis
comentarios respecto al plan económico que tomaron, las industrias tan
competitivas que tienen, el gran número de exportaciones anuales, las deudas
obtenidas como fondos y que ya fueron pagadas en un tiempo record, podríamos explicar
su magnífico movimiento rural el cual los mantuvo fuertes en algunas crisis,
las reestructuraciones tan dinámicas que se han hecho… podríamos hablar de
tantos logros económicos que ha tenido Corea. Pero en este escrito quiero
resaltar la base, la raíz que está dentro de la tierra y no se ve, sin embargo
es la autora de todos los frutos que este país ha tenido, y esta es, la
educación.
La educación en las personas. De
los campesinos y los obreros, la educación en los ejecutivos, educación en el
gobierno desde los policías hasta el ministro y la educación en las empresas
coreanas. Algo que me dejo impresionado fue la responsabilidad social de las
empresas, como cuando estaban en una época de pobreza, las empresas diseñaron
uniformes y se los regalaron a sus trabajadores para que estos tuvieran algo
que ponerse, comprendiendo sus necesidades, esto creo tal sentido de pertenecía
en los obreros y en los administrativos que sentaron la base de un empresa
solida y competitiva a nivel mundial.
Al ver la grandeza de Corea,
me genera una melancolía inmensa al ver mi país, tan mal educado, mirando a su
gobierno anti-nacionalista, importándole más unos extranjeros, que aquellos que
prometió defender y hacerlos crecer, pero solo los pisotea, mexicanos que le
desean el mal a sus compatriotas, personas que no tienen “ganas” ni de
levantarse de su hamaca para hacer algo por su país.
Esos no son mexicanos, serán
cualquier otra cosa, pero no tienen nada que ver con un mexicano. Espero que
algún día México desee ser mejor.
-Columnista Napoleón Mexicano.
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